¿Quiénes son los nuevos líderes empresarios que impulsan la agenda del cambio en México y por qué en el reparto ya no hay lugar para los galanes figuritas repetidas?
La telenovela corporativa cambió a sus protagonistas de siempre y, al tiempo que se apagan algunas estrellas, surgen otras emergentes. Más brillantes, más cercanas a la Tierra.
Los dueños de las compañías dejaron de tener el dominio total del mercado de influencia y los gigantes inamovibles finalmente perdieron sus súper poderes. Las astas del toro, el mango de la sartén, hoy cambian de mando y están en manos de CEOs de las grandes multinacionales y directivos de startups revelación.
Habemus 54 nuevos change makers dentro del ranking 2023 y se destacan desde Ricardo Weder, CEO de Jüsto, que se reveló como el ejecutivo más disruptivo del ecosistema empresarial mexicano, hasta Mónica Aspe, de AT&T o María Ariza de Biva.
Por primera vez en la historia del ranking, en el top 10 conviven directivos de multis como Guilherme Loureiro de Walmart y Alejandro Preinfalk de Siemens, con líderes de startups célebres como Daniel Vogel, CEO de Bitso y David Geisen, CEO de Mercado Libre. La magia mítica y lúdica de los unicornios logró reconfigurar el mapa de los directivos más disruptivos y ese glitter es muy difícil de sacar. La tercera edición del ranking CEOs Change Makers México 2023 anuncia su llegada y aplauden desde sus asientos con cara de póker los caballeros A-list, tradicionales dueños de las grandes corporaciones: big shots y coleccionistas de apellidos.
No se trata de una decisión de programación arbitraria, ni de una refrescadita de caras, ni de un casting caprichoso. Es el resultado del análisis de más de 30 millones de artículos periodísticos de 16 medios de comunicación, más de 600 millones de interacciones en redes sociales, más de 350.000 posteos en Twitter y más de 250.000 posteos en LinkedIn, bajo una metodología que no admite intenciones, pretensiones u opiniones. Big data e inteligencia artificial. Café con leche. Sin azúcar, ni edulcorante.
Medimos, en hechos, la performance de los líderes empresariales más innovadores y transformadores en México (no a los más ricos ni famosos), a través de su exposición y protagonismo en distintos espacios de incidencia pública, y los resultados dejaron a todos boquiabiertos.
Para bailar la bamba se necesita…
El análisis arrojó que México está experimentando una transformación significativa en su panorama empresarial y un cambio de paradigma en el modelo de liderazgo de los CEOs, cada vez menos endogámicos y más comprometidos con problemáticas que exceden la propia actividad.
Se añadieron nuevos requisitos y skills emergentes al job description. Hoy, a los líderes se les exige ser más humanos, empáticos y terrenales, y estar en contacto con los problemas que impactan al planeta, a los ciudadanos que lo habitan y a las generaciones futuras. Que impulsan una agenda de cambio, no solo para sus propias empresas, sino para el país en su conjunto; que demuestran una actitud diferente hacia los negocios, con una mayor responsabilidad social y una firme voluntad hacia la sostenibilidad.
Los CEOs más disruptivos, en lugar de centrarse únicamente en el crecimiento económico y en la rentabilidad a corto plazo, están adoptando un enfoque más holístico y sostenible hacia los negocios. Están dispuestos a invertir en prácticas que respalden la salud del medio ambiente, la equidad social, la diversidad, la igualdad de género y la inclusión.
Se trata de actores que actúan, que escriben sus propios guiones y que no tienen miedo de salirse de los márgenes de lo comercial. Sale el pochoclo, entra el matcha. Son líderes que hacen y que no se quedan holgazaneando en la hamaca discursiva. Que encabezan iniciativas para apoyar a las comunidades locales y mejorar la calidad de vida de las personas. Para quienes el impacto social a largo plazo y el bienestar del planeta no son meros bullets a incluir en un Power Point.
La cultura empresarial mexicana alzó la vara, y hoy el éxito se mide no solo por la rentabilidad financiera, sino también por el impacto social y ambiental. Es nuestro firme deseo que la vara solo vaya en dirección ascendente y que se creen empresas que sean cada vez más relevantes para las necesidades de la sociedad actual.